LAS MURALLAS DE OLITE GUARDAN SECRETOS ... 17 €

Portada del trabajo
¿Fueron romanas, como se ha mantenido en los últimos tiempos, o las levantaron musulmanes? Lo cierto es que los imponentes lienzos de muralla y torreones que cercan Olite/Erriberri, anteriores al recinto medieval, mantienen una incógnita de datación, que es también la del origen de la localidad y que ha puesto ahora de relieve el historiador y geógrafo Hektor Ortega en el capítulo que dedica a la ciudad en la “Guía de los pueblos amurallados” de la revista Euskal Herria (Sua).
            El también viajero y periodista es autor de este manual actualizado sobre las murallas romanas, medievales o modernas que rodean 28 municipios que han absorbido en su urbanismo este antiguo patrimonio guerrero. El capítulo olitense, subtitulado “La nueva frontera”, comienza con “el misterio que envuelve” a la fundación, “un pasado romano que las fuentes documentales no citan”.
            Ortega recuerda que también se le ha atribuido un origen visigodo que pone en duda e incluso “tuvo algo de árabe pero no quedaron apenas huellas”. El experto profundiza y dice que “Olite es mucho más que su castillo y palacio real”, para escudriñar el rastro de la docena de torreones que todavía hoy unen una muralla sin data clara.
            El escritor recuerda que la población no aparece en la documentación hasta el siglo XII y, sin embargo, hay especialistas que consideran romanas las murallas y el Parador, como si un antiguo campamento militar devino en núcleo estable y estableció en la rúa de San Francisco la calle principal, el cardo máximus. Escéptico, Ortega, precisa entonces que este enclave importante, con una veintena de torres, “no aparece citado en las fuentes romanas a pesar de que un recinto amurallado de ese calibre difícilmente podría pasar desapercibido”.
            Habitualmente se ha señalado que los sillares almohadillados de los cubos eran “romanos”, de principio de nuestra era, aunque para el autor, “a la espera de nuevas investigaciones, el silencio de las fuentes escritas mantienen un halo de duda”. Sobre una eventual participación visigoda, Ortega opina que es poco probable. Aunque las crónicas de Isidro de Sevilla citan “Oligicus”, el autor del trabajo mantiene que del topónimo “no es fácil derivar Olite. Fuera de ese texto, nada más avala una presencia visigoda estable en la villa”.
            Tampoco la presencia musulmana, de los siglos VIII al IX, parece haber dejado mayor rastro, “aunque hay quien considera que las murallas que se dan por romanas fueren erigidas por los invasores musulmanes, al igual que ocurre en otros puntos del país como Tutera”. A continuación, el escritor hace un recorrido detallado por el perímetro amurallado que con singularidad se mantiene en pie, ensombrecido por la majestuosidad del Palacio medieval.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en el blog de la Librería El Kiosko. Tenemos en cuenta tus opiniones y próximamente publicaremos el comentario si se atiene a los parámetros editoriales. Síguenos y cuéntanos.